Titulo Noticia Según un estudio, la obesidad podría agravar los cuadros de COVID-19 en jóvenes
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Breve resumen
Un estudio científico advierte sobre los riesgos de la obesidad en pacientes COVID-19 jóvenes (Shutterstock)
Un estudio científico advierte sobre los riesgos de la obesidad en pacientes COVID-19 jóvenes (Shutterstock)

La enfermedad del coronavirus 2019, caracterizada por un severo síndrome respiratorio agudo similar a una neumonía, se informó por primera vez en China a fines de diciembre de 2019, y desde entonces evolucionó hacia una pandemia global. Hasta el 30 de abril, el virus SARS-CoV-2 responsable de esta afección ha sido confirmado en más de 3,2 millones de individuos en 185 países y regiones, con una tasa de mortalidad global de más del 6%, según datos de la Universidad Johns Hopkins. La enfermedad agravada incluye una neumonía bilateral que requiere atención en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), asistencia mecánica respiratoria, y en algunos casos asociada con una alta mortalidad.

El estudio más importante que se hizo a 1591 pacientes de terapia intensiva en Italia informó una edad promedio de 63 años en los internados, con sólo 203 personas (13%) menores de 51 años. Las comorbilidades más frecuentes que se observaron fueron hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y más raramente en 42 casos, es decir un 4%, una enfermedad pulmonar obstructiva. Datos similares han sido recopilados en China.

Cuando comenzó la epidemia de COVID-19 en los Estados Unidos, “anticipamos una similar población de UCI”, explicaron los autores de un paper científico publicado en The Lancet, entre los que se encuentra el reconocido médico argentino Oscar Cingolani, uno de los cerebros que idearon el mapa mundial que permite seguir la pandemia en tiempo real.

La obesidad y el tabaquismo son dos grandes factores de riesgo contra el COVID-19
La obesidad y el tabaquismo son dos grandes factores de riesgo contra el COVID-19

Reportes de noticias y comunicaciones del Gobierno estadounidense habían enfatizado que COVID-19 presentaba un problema particular para personas mayores, y una resistencia al distanciamiento social y que encontraba refugio en personas más jóvenes. Sin embargo, cuando la pandemia golpeó al Hospital Johns Hopkins, ubicado en Baltimore, Maryland, a fines de marzo de 2020, pacientes más jóvenes comenzaron a ser admitidos en la UCI, muchos de los cuales también eran obesos.

Una encuesta informal de colegas a cargo de otros UCI en diversos hospitales alrededor de ese país arrojó resultados similares. En este momento, los editoriales de los principales medios de noticias de los Estados Unidos están señalando a la obesidad como un subestimado factor de riesgo para COVID-19. Este riesgo es particularmente relevante en los Estados Unidos porque la prevalencia de obesidad es de alrededor del 40%, versus una prevalencia del 6.2% en China, 20% en Italia y 24% en España.

Con el uso de la técnica de mínimos cuadrados univariados y regresión lineal multivariante, los autores de la investigación publicada en The Lancet, David Kass, Priya Duggal y Oscar Cingolani, examinaron la correlación entre el índice de masa corporal (IMC) y edad en pacientes con COVID-19 ingresados en la UCI en hospitales universitarios en Johns Hopkins; en la Universidad de Cincinnati, Universidad de Nueva York; en la Universidad de Washington; Salud de Florida y Universidad de Pensilvania. La adquisición de los datos no identificados para este análisis fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional Universitaria de la Universidad Johns Hopkins.

Según la OMS, en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos (Shutterstock)
Según la OMS, en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos (Shutterstock)

Los científicos constataron en el conjunto de datos de 265 pacientes (58% pacientes masculinos), una correlación inversa significativa entre edad e IMC o Índice de Masa Corporal, en donde mientras más jóvenes las personas ingresadas en el hospital eran, más probabilidades tenían de ser obesos. Allí no hubo diferencia por sexo.

Los investigadores determinaron que la obesidad puede restringir la ventilación, impidiendo la excursión del diafragma, lo que deteriora las respuestas inmunes al virus SARS-CoV-2, lo que es proinflamatorio e induce diabetes y estrés oxidativo. “Esto podría afectar negativamente la función cardiovascular”, advierten.

“Concluimos que en poblaciones con una alta prevalencia de obesidad, COVID-19 afectará a los más jóvenes, en poblaciones más afectadas que lo anteriormente registrado. Alertar a este público, es decir los jóvenes adultos, reduciendo el umbral para la prueba del virus en individuos obesos, y manteniendo una mayor vigilancia para esta población de riesgo debería reducir la prevalencia de enfermedad grave por COVID-19”, sintetizaron los investigadores.

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